401/2025

La docente Beatriz Pacheco habla de su experiencia en el alpinismo, un deporte de alto riesgo

  • Docente investigadora de la UAP realiza ascenso al techo de América, poniendo en alto a la Máxima Casa de Estudios
  • Para el próximo año, la universitaria ya tiene un reto, realizar el ascenso al volcán más alto del mundo

Zacatecas, Zac; 25 de agosto de 2025.

Con orígenes campesinos, la docente investigadora de la Unidad Académica de Psicología (UAP) de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Beatriz Pacheco Amigo, en entrevista habló sobre su gusto por alpinismo, un deporte de alto riesgo, debido a los peligros inherentes de las condiciones de las altas montañas.

   Destacó que, gracias al acercamiento a la naturaleza desde niña, donde cada fin de semana sus padres la llevaban a caminar a la zona precordillerana en la Cordillera de los Andes, es que fue gestando el gusto y pasión por la naturaleza. La psicóloga, abogada, farmacobióloga, licenciada en Artes y alpinista, refirió que este último, lo dejó de practicar al ser mamá, pues comentó que, al ser un deporte de alto riego, esperó hasta que sus hijos fueran mayores edad y autosuficientes.

   “El senderismo es una forma de entrenar, que no es lo mismo un entrenamiento en un gimnasio, que se entrena fuerza, resistencia o con equipos, muy distinto a entrenar en el campo con 18 o 20 kilos en la espalda y sobre los 5 o 6 mil metros al nivel del mar”, subrayó. 

   Algunas de sus rutas que ha realizado con su equipo son en León, Guanajuato, acudidó a Perú a Chopicalqui, Alpamayo, así como expediciones en Chile a los Volcanes; en México lo que es alta montaña en el Pico de Orizaba, Iztaccíhuatl, sobre estos recorridos la docente expresó que son diversas rutas que se realizan para poder ir paulatinamente poniéndose metas, “hasta conquistarse a uno mismo y no a la montaña. El éxito es sumar pequeños esfuerzos hasta llegar hasta donde uno quiere, no existe mayor imposible el que no te animas a poder realizar”, aseguró la universitaria.     

   Detrás de cada ruta, Beatriz Pacheco subrayó que “el poderse encontrarse con uno mismo es llegar arriba, es darse cuenta lo pequeño que es uno ante la inmensidad del mundo, y se puede dar cuenta que se necesitan tan pocas cosas para poder vivir y uno se vuelve tan exigente con la vida”.

   Al momento de salir a ruta -manifestó-“uno debe confiar, confiar en la persona que va adelante, seguir sus pisadas, la cual será la correcta, es ahí donde entra la verdadera confianza y poder creer en lo humano, en creer en el equipo para poder llegar a la cumbre y decir, que somos tan insignificantes; llegar arriba es sólo la mitad del camino, ya que el 90 por ciento de los accidentes ocurren en el descenso, algunos de estos descensos no son en un día algunos son en semanas, al igual que los ascensos en ocasiones son en días para poder alcanzarlos”.

Recordó que su última expedición realizada a la segunda montaña más alta del mundo Aconcagua con una altitud de 6 mil 962 metros, fue por etapas, “fue acudir a Vallecitos Mendosa, Argentina, en una expedición de 6 días, donde el entrenador y guía de alta montaña Martín Garritano, decidía si se contaba con las habilidades para poder llegar al Aconcagua, dándole por respuesta que sí; solo le faltaba algo de equipo necesario para esa ruta, fue así que en los últimos 6 meses antes de la expedición, fueron 4 horas por día de entrenamiento, y cada 15 días cambiar la rutina para que las células se extendieran un poco y así poder tener mayor cantidad de oxigenación, entre otros aspectos más, convirtiéndolo en un deporte de alto rendimiento”. En cuanto a su equipo, compartió que tiene un costo aproximado de 150 mil pesos y para su expedición al techo de América fue de unos 200 mil pesos.

   La docente investigadora declaró que en muchas ocasiones se cree que el Alpinismo no es un deporte, se piensa que es solamente caminar, no obstante, “es un deporte con mucha exigencia ya que no solo se pone a prueba el cuerpo, se pone a prueba la mente, el equipo, la organización, es decir, aprender a priorizar hacia donde vas, a cubrir los miedos, y, al mismo tiempo, tener al miedo de aliado para poder llegar, bajar y estar con la familia”.     

   Pacheco Amigo agradeció a sus compañeros de montaña: Paola Moreno, Paloma Guzmán, Enrique de León, y de Zacatecas Andrés García, quienes la acompañaron en sus entrenamientos, así como la ayudaron en la coordinación de las pisadas, la respiración, el peso correcto en la mochila, el tipo de bajada y las diferentes técnicas para la expedición.

  Sin duda, su experiencia al llegar a la cima, donde se encontró con un poco de hipoxia, ya que no es tan fácil llegar a los casi siete mil metros del nivel del mar. “Cuando llegué al campamento de base en Cólera, realizó una videollamada a sus hijos con los ojos llenos de lágrimas, tenía quemaduras de segundo grado en el rostro, pues en la expedición se expusieron hasta menos de 40 grados por los temporales de nevazones, pero lo gratificante, es poder llegar y decir, no solo lo hice yo, ya que en mente y corazón están todas aquellas personas que me acompañaron, incluyendo  mi Magna Casa de Estudios, amo a mi Universidad Autónoma de Zacatecas, pues es aquí a donde voy a dar lo mejor de mí, y así poner en alto a la UAZ”, concluyó la docente investigadora de la UA de Psicología”.

Texto: Brisia L. Reyes/ Fotos: Cortesía/ Revisión: Pamela Girón.