El Bioterio de la UAZ es un espacio clave para la investigación preclínica
- Comités de ética vigilan que cada procedimiento garantice un trato digno a los animales de laboratorio
Zacatecas, Zac., 12 de septiembre de 2025.
Desde 2009, el Bioterio “Claude Bernard” de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) ubicado en el Campus Siglo XXI, se ha consolidado como un espacio esencial para la investigación preclínica y la formación de estudiantes. Aquí entre cubículos de experimentación y áreas de cuidado especializado, se resguarda todo un ‘universo’ que sostiene investigaciones con impacto en la salud humana.
Es bien sabido que la institución cuenta con áreas cuya labor impacta de manera directa en la sociedad. Sin duda, esta es una de ellas: ratas, ratones y conejos se transforman en aliados de la ciencia, verdaderos héroes sin capa que contribuyen al avance del conocimiento y la ciencia.
Aquí se conjugan el rigor científico, la ética y el compromiso con el bienestar animal, en estricto apego a normas nacionales e internacionales. Asimismo, comités de ética vigilan que cada procedimiento garantice un trato digno y que el trabajo se centre en la investigación, las pruebas de laboratorio y la enseñanza. El Bioterio opera bajo los lineamientos de la Norma Oficial Mexicana NOM-062-ZOO-1999, que establece criterios claros para el cuidado y manejo responsable de los animales de experimentación.
En un recorrido especial, la responsable de este espacio, Elena Burciaga Solís, explicó que el Bioterio consta de cuatro circuitos: A, C, S y ciniatría. Este último se utiliza en la materia de cirugía experimental, donde los estudiantes de medicina practican con perros bajo estricta supervisión y protocolos de resguardo en los periodos pre y posoperatorio.
“Contamos con alrededor de 60 jaulas y tres mesas en donde realizan sus curaciones quirúrgicas. Los estudiantes son responsables directos de sus animales; nosotros fungimos como apoyo, pero ellos se hacen cargo de su cuidado”, señaló.
Mientras recorremos los demás cubículos, la responsable abre las puertas —de las cuales emana un olor característico— y va mostrando a los animales con la calma de quien conoce cada detalle, sosteniéndolos entre sus dedos con cuidado. “Aquí se trabaja con ratas Wistar, ratones BALB/c y conejos de las razas Nueva Zelanda y California, utilizados en proyectos de investigación. Incluso los olores característicos del lugar forman parte de la experiencia: algunos estudiantes se acostumbran rápido otros no tanto”, dijo.
El Bioterio cuenta también con un cuarto de cuarentena, destinado a los animales que llegan de otros lugares, para que se adapten al ambiente, a la alimentación y al manejo que recibirán en este espacio.
- PROTOCOLOS DE CUIDADO
A lo largo del recorrido, Burciaga insiste en la palabra cuidado: cuidado del ambiente, de la higiene y de la vida misma. Los protocolos son estrictos: bata, guantes y cubrebocas. No cualquiera puede acceder a las áreas de reproducción. El silencio, interrumpido solo por pequeños roces o chillidos, refuerza la disciplina, el respeto y el trato digno que imperan en cada rincón del Bioterio.
Cuando se le preguntó sobre el proceso de cuidado que se sigue con los animales, Burciaga comentó que el cuidado de los animales implica un estricto control de alimentación, higiene y sanidad para que los animales vivan sin estrés.
Mencionó que, para garantizar una dieta balanceada, se utilizan alimentos especializados como el Nutricubo de Purina, que contiene una mezcla de cereales, proteínas y otros ingredientes como pasta de oleaginosas, harina de pescado, subproductos de cereales, alfalfa y melaza. Además, comentó que los cambios de caja se realizan cada tercer día, mismas que contienen aserrín esterilizado, pues cualquier descuido podría poner en riesgo la salud de las colonias.
En el área de reproducción, el manejo de sementales y hembras exige un control preciso para evitar la sobrepoblación. El ambiente debe mantenerse a una temperatura adecuada y requiere de técnicas específicas para el manejo de los ejemplares.
Finalmente, comentó que en el Bioterio se trabaja bajo la llamada “norma de sacrificio con CO₂”, que hace referencia a la Norma Oficial Mexicana NOM-033-SAG/ZOO-2014, la cual establece los métodos para dar muerte humanitaria a los animales. Esta norma contempla el uso de dióxido de carbono (CO₂) como método de aturdimiento, ya que se considera una de las formas menos traumáticas.
Texto y fotos: Sofía Arellano/ Revisión: Pamela Girón.
















